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Cosecha 2016 – Rompiendo el molde

La vendimia 2016 será recordada para muchos productores por ser tal vez la más desafiante de las últimas décadas. Una de las más frías y al mismo tiempo la más escasa en los últimos 60 años. Desde la recordada helada del 92 que se llevó consigo el 50% de la producción que no teníamos una cosecha tan baja.

Como nos gusta decir, rompió el molde. Fue muy fría (la más fría hasta entonces en al menos una década) y húmeda, esto hace que no pueda ser comparada con ninguna otra ya que la calidad obtenida dadas las características climáticas del año, hubiese sido al menos inesperada.

Fue una añada ideal para lograr acidez natural en los vinos, bajo alcohol y adecuada madurez fenólica. Más allá de lo desafiante de la cosecha, esto no dificultará la posibilidad de que haya grandes vinos, aunque serán muy seguramente escasos.

Tuvimos una primavera fría y húmeda en la mayoría de las zonas, hasta Setiembre / Octubre, con precipitaciones por debajo del promedio. En noviembre se estabilizaron, pero desde diciembre y hasta abril las temperaturas máximas, medias y mínimas continuaron siempre más bajas que el promedio histórico.

Esta situación produjo un retraso en todos los estadios. Desde la brotación hasta la cosecha, siempre se mantuvo un promedio tres semanas mas tarde de lo normal, aunque mucho mas concentrada y rápida dada la escasez de la uva.

Para quienes les gusta hablar de índices bioclimáticos, este año fue burguiñon, propio de una zona fría de la Borgoña (W1).

En setiembre vinieron las primeras heladas tardías, que trajeron consigo una disminución de uva. Afortunadamente tanto en marzo como en abril el clima tornó a ser más seco que en enero y febrero.

Algo muy inusual fue el zonda del 17 de marzo que elevó la temperatura y llevó los niveles de humedad al 20%, lo que nos dio una ventana de cosecha espléndida. La finalización fue una semana antes de lo usual.

La calidad de uva que obtuvimos fue magnífica. Los vinos se destacarán en frescura, austeridad, fineza, equilibrio y fluidez.

Nuestros Vinos

El 2016 fue un tremendo año para La Craie, donde su complejidad se destaca como en ninguna de las añadas anteriores. Porque el carácter mineral y calcáreo no está solo sino acompañado de otras tantas cosas que lo hacen un vino de más capas que lo habitual. Mantiene profundidad, tal vez como la cosecha 2013 y es muy vertical.

Iubileus, es nuevamente un vino expresivo que habla muy bien del lugar y de la añada, de aromas frutales y florales. En boca es más compacto que La Craie , con gran longitud y una gran terminación al final del paladar.

En esta añada,  Volare del Camino se mudó al espaldero de la viña monacal. Esta es la primer cosecha de este vino realizada en este viñedo, las uvas provienen de una diminuta parcela ubicada en la zona Nor-este del mismo, en donde el suelo es notablemente más corto y pedregoso que en el resto del viñedo. Esto nos da un vino de llamativa expresión frutal, de frutos rojos y hierbas frescas. Es un malbec de taninos muy finos y boca gustosa, de muy buena fluidez.

Finalmente, destacamos la primer añada de Uní del Bonnesant,  primer vino de un viñedo que plantamos en el año 2013 en vaso mendocino, a una distancia de 1,8 x 1,2 metros entre plantas, con lo cual hay un equivalente a 4629 plantas en una hectárea.

Son solo 312 cepas, con lo cual la superficie del Uni es de 0,06 hectáreas.

Teníamos en mente el vino antes de hacerlo. Seguimos buscando pureza de expresión al igual que el resto de los PerSe y Volare, pero sabíamos que este sitio nos iba a llevar a aromas y sabores más originarios como el de las frutas y verduras que comíamos antaño. Un vino con mucha expresión y estructura mineral, de tiza.

Creemos que salió algo muy interesante, un nuevo Gualtallary, un nuevo vino que más que describirlo en pocas líneas  hay que beberlo y pensar…

Salud!

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